Bueno señores, qué voy a decir... estoy gratamente agradecido por haber conocido la saga, tanto en los libros como en la serie, de haber presenciado historias apasionantes, de haber leído textos fascinantes, de haber visualizado escenas magníficas. Se acabó. La serie se termina. El cierre es agridulce, como había señalado en varias ocasiones el genio de esta fantástica historia, Martin. Estoy contento con la serie en general, por ello, sé que en los libros será muchísimo mejor y lo disfrutaré el triple.
Los primeros 30 minutos es oro, me ha sorprendido la dirección de D&D. Muy armonioso el manejo de las escenas, los personajes, los planos, la iluminación, la poesía, especialmente Daenerys con las las alas sobrepuestas de Drogon. Y qué decir de su discurso, megalómana. Una auténtica conquistadora, orgullosa de haber derrocado una tirana... sin saber que estaba destinada para ser una nueva tirana, nunca ha entendido aún que masacrar a inocentes no es el camino para hacer un mundo libre. La embriaguez del poder, que impide al gobernante cambiar de rumbo y le hace persistir en sus errores, o ignorarlos. O cometerlos. El delito de la arrogancia. Pelos como escarpias con el discurso, la vi muy convincente la actriz. La venganza, la inflexibilidad, y las ansías del poder... corrompe hasta la persona más bondadosa. Su destino es triste, sí. Nadie de la sociedad de Poniente le ha querido, nadie. Solo un exiliado, antiguo tratante de esclavos, Jorah le ha amado más que nadie.
Me ha gustado que las conversaciones mantenidas entre Tyrion, Jon, y Gusano Gris hablaran sobre las trágicas pérdidas que tuvo Daenerys, al igual que su sangrienta trayectoria como conquistadora implacable, como había señalado
una parte aquí. Una escena muy necesaria.
Y, bueno, el final de Daenerys tenía que pasar así, eso sí, no esperaba que lo hiciera Jon. Matando a una mujer que le amó, que llegó a soñar con tener un futuro con él. Como ocurrió con Ygritte, la bella salvaje besada por el fuego. El amor es la muerte del deber y Jon lo entendió. Una tragedia griega.
La entrada de Drogon me ha estremecido, su madre murió asesinada, termina por recoger su cadáver y se va volando en unas de sus garras tras fundir el trono de hierro con sus llamas... como había leído en un comentario por ahí, simboliza que, con lo que arrasa, es con lo que realmente perdió a Daenerys: el poder del Trono de Hierro, un trono maldito. Poniente nunca fue su hogar, Daenerys creció en Essos, los dragones también, su personalidad, sus aventuras y sus pensamientos se forjaron en Essos. Poniente es el terror, un continente maldito que terminaron mal todos sus parientes. Ahora por fin descansará en Essos, que siempre le ha pertenecido realmente. A soñar con la Casa de la puerta roja.
Brienne hace justicia a Jaime, el Matarreyes, el Incestuoso, el Manco, el León de Lannister, dejando en el libro constancia de él como un héroe. Sirviendo hasta el final, tanto como el destino de Poniente en el Norte como la de su reina hermana. Un caballero de los Siete Reinos.
Jon ha demostrado ser el gran héroe que necesitaba Poniente. Consiguió conciliar y hacerles comprender a sus compañeros de la Guardia de la Noche la necesidad de llegar a un entendimiento con el Pueblo Libre, los injustamente llamados salvajes, por el terror que acontencía allá en las tierras heladas. Aunque le haya salido caro. Consiguió conciliar a las Casas leales de los Stark para dar estabilidad y tranquilidad que buscaba el Norte tras la caída e invasión de Invernalia a manos de los nefastos Greyjoy y Bolton. Un bastardo, que se preocupó y que se sintió que formaba de los Stark, aunque no tenga ningún derecho, es el más querido y respetado por los norteños, incluso los más desconfiados, desde una pequeña Casa hasta su propia hermana Sansa. Le siguen porque es un líder natural, sensato, con talante. Nunca se destacó por encima de los demás. Siempre será desoído, siempre será callado... pero los otros siempre le recurren. Jon ha demostrado ser un buen tipo en un mundo cruel. Mance Rayder y el Pueblo Libre le necesitaba, El Muro le necesitaba, Invernalia le necesitaba, Tyrion le necesitaba, Daenerys le necesitaba, Sansa le necesitaba, El Norte le necesitaba, Poniente entero le necesitaba... aunque los demás no sepan quién fue Jon, ni qué cosas hizo.
Desembarco del Rey jamás sabrá que Jaime los salvó de una gran masacre asesinando al rey Aerys II. Poniente jamás sabrá que Jon los salvó de una gran masacre asesinado a la reina Daenerys. Los Matarreyes, los señalados, los denigrados, los despreciables, se han convertido en los héroes desconocidos de la historia reciente de Poniente. Y Bran, el Roto, se encargará de recordarlo. Como señaló Tyrion, no hay nada en el mundo más poderoso que una buena historia. Nada puede detenerla. Ningún enemigo puede derrotarla.
Eso es un héroe. Al igual que Jaime, Jon no busca fama, ni aprobación, ni que le escriban canciones sobre él. Hizo lo que tenía que hacer. Ned Stark estaría muy orgulloso de haberle criado. Ha terminado las cruentas guerras que padecía Poniente. Por un nuevo horizonte, con el principio de un nuevo parlamentarismo en los Seis Reinos, un nuevo sistema. En la que se decidirá por nuevos reyes, los adecuados, los ideales, por su talante, por su carácter, por su necesidad, por su inteligencia. Rodeado de nobles que decidan llegar a un punto común por el bien mayor, por la paz. Evitando por fin el resurgimiento de tiranos por conservar una estirpe heredada.
Jon ha dejado ser el Jon Stark, el Hielo, que soñó de niño con serlo; de ser el Aegon Targaryen, el Fuego, que cualquier niño quiere formar parte de una dinastía legendaria, con dragones, con el Trono de Hierro gobernando los Siete Reinos como rey. Vuelve a ser Jon Nieve, el bastardo de Ned Stark, vuelve a tener el peinado enmarañado y suelto, como le dijo su querido hermano Robb Stark, el negro siempre fue su color. Y, por supuesto, Jon acepta a Fantasma, y éste le sigue, como debió ser así. Vuelve a ser el Jon Nieve. Suya es la Canción de Hielo y Fuego.
Y el final, señores, ¡el final! Las tomas del primer capítulo de la primera temporada, de hace 8 años, lo rememoran con el final. La salida al Muro, hacia el norte. Jon vuelve al Muro, no vuelve en sí al mismo Muro, sino adonde pertenecía en el fondo de su corazón: con el Pueblo Libre al norte del Muro. Esta vez con su buen amigo Tormund, con el Pueblo Libre, los únicos que son libres y han decidido seguir a Jon Nieve que, libremente, le coronarían como su Rey.
Eternamente agradecido.