LAS NORMAS DEL RETO XXVII
Norma 1: La isla
No os sorprenderá que, si el Reto se llama “La Isla de Cetro Enjoyado”, la norma primera y más importante se refiera a una isla.
El relato se tiene que ambientar en una isla, o al menos, debe aparecer una isla que tenga mucha importancia. Idealmente, se tiene que NOTAR que estamos en una isla. Si ambientas tu historia p.ej. en la isla de Manhattan y luego ni nos enteramos de que eso es una isla, pues no es la idea. P.ej. si la ambientas en Londres, deberíamos ver cabinas telefónicas rojas, gente conduciendo por la izquierda o comiendo fish & chips. Esto se relaciona con la norma nº 4, sabor naútico / sabor isleño.
La isla, dependiendo de vuestra ambientación, puede estar en un mar de fuego, de metano, de sangre o flotando en las nubes de Venus... pero NO SE PUEDE llegar por tierra de ninguna manera. No me vale un oasis al que resulta difícil (pero no imposible) llegar por tierra a través de un desierto. Tampoco valdría “un planeta muy aislado” porque es un cuerpo celeste, no una isla dentro de un planeta.
Norma 2: Marinero/a, o marinero en tierra.
Puede ser marinero, pirata, buscador de perlas, etc. o incluso alguien que vive tierra adentro pero se gana la vida gracias al mar, p.ej. una pescadera, un almirante que vive en Madrid, una empleada de una empresa que asegura barcos en Londres…
También se admite un personaje que no se tenga que “ganar la vida”, pero que esté muy conectado con el mar, como podría ser p.ej. un dios del mar o una jubilada que se ha ido a vivir a Benidorm y baja a la playa todos los días.
Lo que NO se admiten son “piratas de agua dulce,” es decir, personas que se ganan la vida gracias al agua dulce, como un río o un lago. P.ej. el Caronte de la mitología griega no me vale, ya que va con su barca por la laguna Estigia.
En cuanto al concepto de “mar”: admitimos mares interiores como el Caspio, el de Aral o el Mar Muerto, pero no se admiten lagos. Mientras se llame “mar” está bien. También se admiten, por supuesto, los océanos.
Norma 3: El imperio es el comercio, y el comercio es el imperio.
En fin, al lío. El texto de la norma:
En el relato tiene que aparecer una transacción económica. Puede ser una transacción acordada por ambas partes, o unilateral, como p.ej. un regalo o una donación. Que la transacción sea legal o ilegal es irrelevante.
Ejemplos de transacciones económicas hay a montones: compraventa, alquiler, empeñar unas joyas, contrato de trabajo, de seguro, donación, usufructo, constitución de una sociedad anónima, etc. En sociedades medievales, podemos tener a un rey que concede tierras a un noble vasallo a cambio de sus servicios, o un noble que contrata a los clásicos aventureros mercenarios.
Lo que NO se admite bajo esta norma: acciones que producen efectos económicos en contra de la voluntad de una de las partes, como el robo, el saqueo, la piratería o la expropiación forzosa.
Por si alguien quiere meterse en temas escabrosos como la trata de seres humanos: si p.ej. una persona vende un esclavo a otra, se admitiría porque la transacción económica es consensuada entre las partes (el pobre esclavo sería el “objeto” de la transacción, no una parte en la misma). En cambio, no se admitiría una partida de guerra que ataca a un pueblo para esclavizar a sus habitantes.
Norma 4: Sabor náutico, sabor isleño:
Por palabras o expresiones me refiero a que, si metéis por ejemplo el nudo “as de guía”, cuenta como 1 de las 4 expresiones requeridas, ya que es un solo concepto, aunque esté formado por varias palabras.
Bueno, pues ya está. En resumen: isla, marinero, transacción económica y 4 palabras isleñas o náuticas.
Ahora os pongo otro post con los temas formales: número de palabras, tipografía y demás.